EEUU despliega destructores desde Rota para unas maniobras con Marruecos junto a Canarias
Las aguas próximas a Canarias han sido testigo hace unos días de las mayores maniobras militares que se recuerden entre EEUU y Marruecos. Las fuerzas navales de ambos países desplegaron el portaaviones ‘Eisenhower’, emblema de la Sexta Flota del Mediterráneo, varios destructores y cazas de combate en un área situada a apenas 50 millas náuticas del archipiélago canario. Entre las unidades participantes estuvo el destructor ‘USS Porter’, con base estable en Rota (Cádiz). Las maniobras coinciden con el reciente apoyo a la soberanía marroquí sobre el Sahara del nuevo presidente de EEUU, Joe Biden, o de la reivindicación realizada sobre Ceuta y Melilla por Rabat. Y de fondo, la lucha por yacimientos submarinos en aguas en disputa de uno de los materiales claves para el futuro, el telurio.
En la base aérea de Gando, en la isla de Gran Canaria, los radares de su centro de control comenzaron a reflejar la pasada semana la presencia inusitada de multitud de unidades aéreas con códigos militares de EEUU y Marruecos. Una actividad que se desarrollaba a apenas 50 millas náuticas, menos de 100 kilómetros, de la noreste de canarias. Entre el archipiélago y la costa marroquí de Agadir, pero siempre dentro del margen de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Marruecos.
Los militares canarios, explican fuentes militares, se sorprendieron ante la cantidad de aeronaves que reflejaban sus ecos en los radares. También se detectó la presencia de estos cazas en los radares civiles que acompañan a los vuelos comerciales con origen y destino en las islas españolas.
Quienes sí sabían qué estaba ocurriendo eran los miembros del Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC), situado en un protegido búnker de la base de Torrejón de Ardoz (Madrid). Desde este macrocomplejo militar de la OTAN, la Alianza controla todos los cielos del flanco sur de Europa. Aquí están sus ojos, sus oídos y su ‘cerebro’ para la defensa aérea del Mediterráneo. Si un avión es secuestrado, por ejemplo, desde aquí ser organizaría la respuesta. Aquí, confirman fuentes militares a OKDIARIO, sí estaban informados de antemano de esas maniobras bilaterales entre EEUU y Marruecos, que recibieron el nombre de Lighting Handshake. Traducido, un ‘rápido apretón de manos’.
El mayor despliegue en décadas
El despliegue de unidades de ambos países, que se alargó durante toda la semana hasta el pasado viernes, ha sido el más amplio que se recuerde en la zona. Estuvo encabezado por el portaaviones Dwight D. Eisenhower. El ‘IKE’, como se le conoce coloquialmente (igual que al ex presidente norteamericano), es el emblema y el buque insignia de la Sexta Flota que Estados Unidos opera en el Mediterráneo desde su base en Nápoles (Italia). En sus cincuenta años de servicio ha vivido grandes crisis militares como la de los rehenes de Irán en 1980, las dos Guerras del Golfo contra Irak o las operaciones en Afganistán tras el 11-S.
Al portaaviones le acompañaban multitud de destructores y otras unidades navales, así como escuadrones de cazas F-18 ‘Super Hornet’, aviones de alerta temprana (AEW) E2 ‘Hawkeye’, helicópteros MH-60S y cazas equipados con sistemas de guerra electrónica. También participó por la parte marroquí la moderna fragata Tarek Ben Ziyad, así como varios cazas F-16 y F-5. Hubo ejercicios de lucha antisubmarina, combate aéreo y lucha en superficie, que incluyeron el disparo de munición real:
فرقاطة السيغما طارق بن زياد 613 أثناء مناورات مصافحة البرق 2021 Lighting Handshakes رفقة شركائنا في @USNavyEurope#القوات_المسلحة_الملكية pic.twitter.com/d8sdQnEX6a
— Royal Moroccan Armed Forces (@MoroccanArmed) March 4, 2021
Un buque de Rota
Entre los destructores había uno especialmente significativo: el ‘USS Porter’, un buque de misiles guiados que tiene su base estable en la base naval española de Rota (Cádiz). Pertenece al denominado ‘escudo antimisiles’ desplegado por EEUU en España tras el acuerdo de 2011 entre el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la administración de Barak Obama.
El hecho de que un buque con base estable en una instalación naval española haya participado en unas maniobras con Marruecos a muy poca distancia de aguas canarias ha provocado ciertas molestias en círculos militares españoles. Señalan que pese a que se realizan en aguas españolas, «no hay maniobras inocentes» en una zona con tantas implicaciones geoestratégicas e intereses en juego.
También ha molestado en ambientes de pilotos comerciales españoles, que destacan que las operaciones se han realizado en torno a un corredor aéreo habitualmente utilizado para las rutas entre Canarias y Europa. Según algunas fuentes, algunas de las aeronaves que participaron en las operaciones habrían volado muy cerca estos aviones civiles.
Biden y el Sáhara
Las maniobras se producen en un momento político internacional determinante para esta zona del planeta. Pocos días antes de que Donald Trump abandonase la Casa Blanca, el hoy ex presidente mostró su apoyo a Marruecos en sus reivindicaciones territoriales sobre el Sáhara. Se saltaba así la línea abierta por la ONU, que abogaba por la realización de un referéndum de autodeterminación en la región.
Sin embargo, con la llegada del nuevo presidente de EEUU, el demócrata Joe Biden, las posiciones de la Casa Blanca sobre el Sahara no han cambiado ni un ápice. Y estas maniobras conjuntas, como se ha valorado internacionalmente, vienen a reforzar esa apuesta por Marruecos, que en la última década se ha convertido en un importante cliente para el sector armamentístico estadounidense.
Ente lo adquirido hay drones Predator, cazas F-16, carros de combate Abrams, helicópteros de ataque y misiles en contratos mil millonarios. En diciembre de 2020 sumó uno más de 1.000 millones de dólares. Armamento que ha supuesto que Rabat de un salto cualitativo muy significativo en apenas dos lustros.
El telurio y el petróleo
Las maniobras se producen cuando las relaciones entre España y Marruecos atraviesan unos de sus momentos más tensos. A finales de 2020, el primer ministro de Marruecos, Saadeddine El Othmani, desafió al Gobierno de Pedro Sánchez con unas declaraciones sobre Ceuta y Melilla. «Son marroquíes como el Sáhara» advirtió el máximo representante del gobierno en una entrevista a una televisión egipcia. A ello hay que sumarle el descontrol de las rutas de la inmigración ilegal, que muchos resaltan como intencionado, o hasta los intentos por llevarse de Rota a Marruecos a los buques estadounidenses.
El trasfondo de la situación también afecta a los intereses estratégicos de España. El suelo oceánico del Atlántico, en una zona que tanto España como Marruecos consideran propia, es rico en reservas de hidrocarburos. Rabat ha venido firmando en los últimos años algunos contratos de prospección en áreas próximas a Canarias. A pesar de que los tratados internacionales no le reconocen la soberanía sobre esas aguas, Marruecos actúa como si le fuesen propias.
Además del petróleo, también hay otros importantes yacimientos minerales suboceánicos. Los más importantes, los del telurio, un material clave para el futuro del planeta, ya que es muy escaso y resulta fundamental para el desarrollo de la industria de la energía solar, entre otros sectores. También hay grandes cantidades de cobalto, determinante para la industria de los teléfonos móviles.
En 2017, una expedición británica detectó lo que parece un yacimiento de 2.670 toneladas de teluro a unos 400 kilómetros al suroeste de El Hierro, en el conocido como ‘monte Tropic’. Una zona que no pertenece a ningún país, pero que tanto España como Marruecos han solicitado como propia para poder ampliar su zona económica exclusiva.